RECETA: JUGO CON EL GUAYABO QUE NO SUPERAS

[Guayabo = Despecho]

Todos en algún momento nos hemos hecho la misma pregunta: ¿Cuánto falta para sacar a esta persona de mi corazón? Sin respuestas, solo silencio.

Quise saber la opinión de otras personas al respecto y cada una era diferente a la anterior. Unos opinan que es depende de la persona, de cómo terminaron las cosas, de lo que sentimos por ellas, de lo vivido y todas tuvieron razón. Es incierto y depende de muchos factores.

Entrar a las vidas de otras personas no debería darnos igual, a veces se nos olvida que podríamos cambiar el futuro de alguien con solo decidir estar en su presente. Cuando conocemos a una persona y la hacemos parte de nuestro día a día automáticamente algo se reacomoda en nuestro interior.

Antes no importaba si llegaban mensajes o no, antes todas las calles te daban lo mismo, antes las canciones de tu playlist sonaban solo para ti; pero entonces conociste a alguien que te escribe todos los días, que le encanta comer un dulce que antes ignorabas, que te enseñó cosas nuevas y le fuiste haciendo espacio en tu corazón poco a poco hasta que tuvo un lugar suyo y de nadie más.

Cuando esta persona se va o la tienes que correr porque te hizo daño, nada vuelve a ser igual para ti y eso no es malo. Lo que sentiste fue real y no hay por qué reprocharnos una y otra vez el haberle dejado entrar en primer lugar.

Sí, tampoco podemos dejar entrar a cualquiera que se cruce en nuestro camino, debemos elegir desde el amor propio. Pero, si ya entró ¿por qué castigarnos tanto por el pasado? Algo vimos en ellos que quisimos añadir en ese momento a nuestras vidas.

Algunos dicen que es más fácil dejar ir a una persona que nos hace daño, pero, ¿y qué cuando no nos hicieron nada malo, y aún así hay que dejarle ir? Allí todo se complica y solo hay una respuesta: tiempo.

Debes tener paciencia contigo mismo y entender que cada persona cumple roles diferentes en nuestra vida, a veces esos roles sirven para formar áreas en nosotros que no estaban del todo bien. Hay quiénes tienen el rol de enseñarnos a amar profundamente y otros de amarnos profundamente (estos últimos no siempre coinciden entre sí).

Si pudiste superar una ruptura en poco tiempo no quiere decir que será así siempre y eso no te hace inmaduro o que has perdido tus capacidades de recomponerte, significa que amaste diferente, a una persona diferente, sentiste diferente y sanarás en el tiempo que todo lo que viviste amerite.

Basta de comparar tus emociones con otros, de medirte con tus versiones anteriores, de reprocharte por dejar entrar a personas que te hacen daño (solo sé más cuidadoso en el futuro) y abrázate. 

Debemos aprender de nuestros errores pero castigarnos por ellos no hará que volvamos a ese momento y dejemos de cometerlos. Si amaste mucho, dejar ir no será sencillo y quizás nunca dejes de sentir aquello pero confía, el día de mañana ya no dolerá.

Ig: @andyescribe