Entraste en el enunciado, algo te hizo ruido y hasta te incomodó. Pensaste: ¿Se volvió loca? ¿A quién le gusta que lo insulten?
Pues, pareciera que a todos nos gusta que nos descalifiquen.
Las palabras tienen un inmenso efecto en nuestra mente, pueden influenciar tanto positiva como negativamente las emociones, pensamientos, ideales, anhelos, fe, y cambiar la percepción que tenemos de nosotros.
El problema está en lo que desechamos y aquello que atesoramos por años: los insultos.
Todos hemos recibido halagos en las diferentes actividades que realizamos. En algún momento alguien estuvo ahí para decirnos que éramos increíbles y nos instaron a continuar.
Sin embargo, no lo recordamos, no los escuchamos porque le dimos nuestra atención a una persona que nos dijo: "No sirves para eso". Decidimos creerle, dejar todo y tomar otros caminos.
Alguien te dijo una vez que hablabas demasiado y no importa cuántas cientos de personas te escucharon antes, ese día hiciste silencio y tuviste temor de expresarte otra vez.
Una vez alguien se burló de tu forma de vestir, de bailar, de reírte y algo en ti se atenuó. Como si te bajaran el brillo interno para no alumbrar tanto.
Hace unos años, unos amigos me dijeron que yo no era una verdadera escritora porque no tenía libros publicados por una editorial, que mi escritura tampoco cumplía las normas de la poesía tradicional y que tampoco tenía título en letras.
Llegué a mi casa triste y consternada, buscando si era cierto para desistir de aquello y dejar de escribir. Me llevé una sorpresa al ver que habían otros escritores famosos que hicieron historia y no cumplían tampoco con aquellos "requisitos".
Creí no tener talento. Yo les creí. Teniendo personas a mi alrededor creyendo que algún día llegaría muy lejos.
Este es un ejemplo para llegar a la siguiente conclusión:
Le damos tanto valor a lo que nos hace daño que olvidamos que ese es solo un pequeño porcentaje (muy mínimo) de todo lo que escuchamos. ¿Y qué si otros tienen más talento? ¿Y qué si otros tienen más dinero? ¿Y qué si otros llegaron lejos a tu edad y estás a penas comenzando?
¿Y QUÉ?
Nos quedamos con lo que debíamos desechar y lo usamos como motivador. ¿Por qué nuestra motivación es demostrarles a otros que estaban equivocados, en lugar de alcanzar lo que soñamos porque lo merecemos?
Es momento de tomar aquellos halagos, buenos deseos, apoyos y alientos que tienes arrumados en un rincón de tu corazón y llevarlos por bandera.
¡Sí puedes porque eres increíble!
¡Sí has avanzado pero puedes llegar más lejos!
¡Sigue practicando hasta que lo logres y luego practica más!
Eso es lo que tienes que conservar. Lo demás, aquellas palabras negativas, solo úsalas como escalón para pararte encima y seguir subiendo.
Créelo, tú puedes, eres genial.
Ig: @andyescribe
No mames mi Andy, está de rechupete esto ok
ResponderEliminar¡Me alegra que te haya gustado!
EliminarMuy bueno 🤟🏻
ResponderEliminar¡Gracias por leer! Me alegra haber llegado a ti.
EliminarQue increíble, me retaron tus palabras y me hicieron ver la verdad. 🥺💖 Gracias por escribirlo.
ResponderEliminarGracias por leer💙 me llena haberte podido ayudar a que entendieras que sí puedes y no debes escuchar cuando te descalifican. Aunque sean tus amigos.
EliminarMe encantó!!! 👏👏👏
ResponderEliminarGracias por leer! 😃🤭🥳
EliminarEstas palabras las leí justo en el momento que más necesitaba, amo lo que escribes ❤️
ResponderEliminarWow, es sorprendente ver hasta dónde pueden llegar nuestras palabras. Me alegra haber llegado hasta a ti y te agradezco por leerme💙
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