Este es el tercer intento de escribir esto. Tercero.
Hice algo que sonaba demasiado serio, demasiado tétrico para ser un desahogo. Luego hice algo que parecía una tragicomedia y créanme, cada chiste era más preocupante que el anterior. Así que, aquí estamos sin esquemas, sin protocolos (pero no garantizo que no hayan chistes).
He cargado este dilema de "rendirme o seguir" unas semanas ya, puede ser quizás un poco más de eso. Un par de personas notaron que algo pasaba y me dieron una variedad interesante de consejos (que agradezco, por supuesto) pero la pesadez no disminuía. ¿Qué hacer cuando tienes el sueño de llegar lejos y sientes que das vueltas en el mismo lugar?
Tu arte te llena, te da vida pero quieres más... quieres alcanzar grandes cosas con él y eso no tiene nada de malo. Los sueños nos mantienen motivados. Lo malo es cuando no se cumplen y sientes que la frustración te consume. Todos te dicen que eres muy buena, que tienes talento pero tú sabes que no es suficiente... te has medido con otros y sabes que te falta. Sabes que realmente lo has intentado hasta el cansancio y no puedes más.
Y ahí dices: "no puedo más, renuncio"
Era un hecho, ya estaba decidido. No era la primera vez que esto sucedía pero esta vez se sentía diferente, más como algo definitivo
Y aquí es donde viene el "los artistas y sus dilemas existenciales". Es verdad, no se puede negar.
Entre tantos consejos recibí un par de "así es el arte, puedes renunciar pero no seas tan dura contigo misma" "Es un arte más, no todos lo logran y no es tu culpa" pero hubo alguien que me dijo algo que me ayudó a entrar en razón. Sus palabras fueron: "Yo creo que en el futuro también dejaré mi arte, quizás no viva de esto y tenga otras prioridades pero esto siempre será parte de mí y eso me hace sentir agradecido. Creo que es una herramienta que me dió Dios para enfrentar muchas cosas. El arte me ha salvado en muchas ocasiones, he podido sobrellevar problemas, lo he disfrutado y eso vale más que nada. Quizás ya no escribas, pero eso siempre será parte de ti"
Y lo entendí, no se puede renunciar a quién eres.
Quizás estén esperando la respuesta al dilema del título pero esa respuesta está en ti y nadie más. Nadie puede decidir por tus sueños, tus pasiones y tus aspiraciones. Eres quién decide hasta dónde esforzarte y hasta dónde vale la pena. Podrías intentarlo toda la vida sin éxito o triunfar a las primeras, pero eso ya depende de ti.
Hoy hablamos netamente del arte, no de relaciones. Pero sí te diré que nada que te haga daño vale la pena continuar. No sé quién lo necesitaba pero lo dejo acá por si acaso.
El arte me ha salvado muchas veces y sí, siempre habrá mejores que tú y que yo, pero no se trata de ser mejor que otros sino de ser mejor que tu yo de ayer. Este es el regalo más bonito que Dios nos entregó para recordarnos que no estamos solos en este mundo (y vaya que me he sentido sola) Pero en todo esto está Él y eso basta.
Con nuestro arte le damos vida al mundo, es esa saturación extra que hace vibrar la vista, que te saca de lo común y lo regular. Es la mejor parte de nosotros y por más que queramos sacarla de nuestras vidas, esta es nuestra vida. ¿Te puedes sacar la piel? la misma respuesta va para el arte: ¿Puedes sacar el arte de ti?
A veces solo necesitamos un momento para dejar todas las cargas en el suelo y pedirle a Dios que nos ayude porque no podemos más. Al menos era lo que yo necesitaba y no estoy brincando en un pie, pero al menos ya no quiero brincar del techo. (Es un chiste, ¡chiste!)
Ig: @andyescribe

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